«Dando bandazos», el periodista donostiarra Ander Izagirre (1972) lo mismo sorprende con un reportaje sobre los niños que trabajan en las minas de Bolivia, hace un recorrido por la historia del Tour de Francia o cuenta cómo da la vuelta a España en vespa. En un nuevo volantazo presenta Mi abuela y diez más, una historia sobre la Real Sociedad dentro de la colección Hooligans Ilustrados, publicado por Libros del K.O.
«La Real es una excusa para hablar de mi familia, mi infancia, cuando íbamos a Atocha», afirma Izagirre, aclarando que no se trata de la historia del club. «Empecé a acordarme de historias muy buenas, de cuando era crío, relacionadas con mi familia, historias en las que se entrelazan la Real y mi familia. Es una autobiografía futbolera, txuri-urdin», señala. Pero hay condiciones: «Si escribía un libro sobre la Real, la condición era que mi abuela estuviera en la alineación». Éste es el planteamiento de donde nace el título de su obra.
«Atocha era la extensión de la cocina de mi abuela»
«Hay muchas historias, pero yo recuerdo con seis años saltar al campo de Atocha de la mano de mi padre. La Real había ganado su segunda Liga consecutiva. Salté con un palo y un trapo de cocina blanco y azul con los que mi abuela ese domingo me había preparado una bandera. Ahí vi que el campo de Atocha era la extensión de la cocina de mi abuela, que la Real era una de las historias que yo vivía en mi infancia, con mi familia y en mi ciudad. La abuela como representación de la familia tenía que estar ahí, en el título», relata el guipuzcoano.
Sin embargo, su primer recuerdo de la Real llega un año antes, en casa de sus abuelos. «De repente, todo el mundo empezó a gritar y a saltar. Yo no sabía qué pasaba, me levantaron por los aires. Era el gol de Zamora en el Molinón, con el que la Real ganó su primera Liga. No recuerdo el gol en sí, recuerdo la explosión que hubo en casa de mis abuelos, cómo gritaban, saltaban, me levantaban. Más allá de que seas futbolero o no, es algo que te va marcando. Vas aprendiendo cosas, triunfos, decepciones», explica el escritor.
«El fútbol creció en San Sebastián sobre las ruinas físicas y materiales del ciclismo»
Pese a todo ello, Ander Izagirre comenta en su obra que debemos odiar el fútbol, incluida la Real Sociedad. Se trata de un guiño ciclista. «El origen de la Real es curioso. El primer título de fútbol que se consigue en San Sebastián, la Copa de 1909, lo gana el Club Ciclista San Sebastián», nombre con el que por aquella época jugaba la Real. «Además, para construir el estadio de Atocha se derrumbó el velódromo de Atocha. Realmente el fútbol creció en San Sebastián sobre las ruinas físicas y materiales del ciclismo», subraya.
«Digo que ‘un ciclista tiene que odiar el fútbol’ en general porque nos bombardean todo el día y, en San Sebastián, porque tiraron un velódromo. Acabaron con una tradición. Pero al final yo voy a Anoeta cada quince días. Para mí el fútbol es un exceso, pero a la vez estoy enganchado y sigo a la Real. Es una contradicción que tiene mucha gente», argumenta Ander. «No todo en la vida tiene que ser racional, práctico y medido. El fútbol es un exceso, sí, pero ya está, me lo permito con cierta indulgencia», prosigue.
“Sin estridencias ni estrellas mundiales”
Precisamente ello le hace señalar uno de los grandes dolores del deporte de las dos ruedas. “Es el problema grave que tiene el ciclismo. Ves las historias que produce el Tour y necesitas unos años para ver si se confirman. Tiene un problema de credibilidad muy grave. Es un daño terrible para el ciclismo. Si no te crees un deporte lo estás asfixiando. Es muy desolador”, sentencia.
Otro de sus libros, Plomo en los bolsillos, donde hace un recorrido por la historia del Tour de Francia, ya va por la quinta edición, aunque a raíz de la confesión de Lance Armstrong ha modificado el capítulo relativo al estadounidense. “Lo que hice fue reescribir su capítulo con lo nuevo que se sabía. Lo publicamos ya cambiado en papel y el nuevo capítulo lo colgamos en internet, por si alguien lo quiere, y para quienes hubiesen comprado ediciones anteriores”, aclara.Espectador habitual cada quincena en los partidos de la Real en Anoeta, se muestra contento con la temporada del equipo: “Están jugando de maravilla”.
También satisfecho con el modo en el que se ha gestionado. “No ha venido un jeque y ha fichado estrellas. La base de este equipo jugaba en Segunda. Son chavales de casa que han jugado juntos muchos años y un par de fichajes extranjeros muy buenos. A la afición le hace ilusión y recuerdan la Real campeona de los 80, que era un grupo de gente de casa, sin estridencias ni estrellas mundiales”, explica el periodista vasco.
En cuanto a los proyectos de futuro, el donostiarra ya está preparando otro de sus “bandazos”. “Tengo pendiente escribir un libro sobre Bolivia. Me gustaría centrarme de una vez porque me está costando sacar tiempo. Necesito estar varios meses concentrado, pero en la vida van surgiendo cosas interesantes y me voy distrayendo fácil”, comenta, aunque no se cierra ninguna puerta. Además de hablar sobre el libro de Bolivia que quiere preparar, añade finalmente un “y lo que venga”, que hace plantearse qué será lo próximo con lo que nos sorprenda Ander Izagirre.