Ramón Día jugando con Argentina en 1979. Fotografía de la AFA
Quizás su carrera futbolista no tiene el suficiente reconocimiento que debería. Pero Ramón Díaz es uno de esos jugadores que no solo han marcado goles sino también historia. Desde su debut en River Plate el 13 de agosto de 1978, en la vigésimotercera fecha del Campeonato Metropolitano, frente a Colon de Santa Fe, hasta su último partido vestido de corto en el equipo japonés Yokohama Marinos en 1995, Díaz demostró que su nombre debería estar en todas aquellas conversaciones de los mejores jugadores argentinos.
Nació en la provincia de La Rioja el 29 de agosto de 1959 y se vinculó a River Plate desde muy pequeño y fue en esa época cuando se ganó el apodo que aún perdura: “En inferiores no me crecía el pelo y por eso me decían Pelado”.
FIGUEROA ALCORTA ESQUINA MONUMENTAL
Su destacable zurda comenzó a dar frutos en la posición de media punta izquierda, se caracterizaba por tener un ‘sprint’ devastador y un agudo regate mano a mano contra los porteros, que por lo general terminaban desparramados en el suelo siendo meros espectadores de como el Pelado volvía a marcar.
Jugó en Núñez desde 1978 hasta 1981 disputando 123 partidos y llegando a marcar 57 goles, debuto el 13 de agosto y dos fechas más tarde marcaría su primer gol que daría el empate frente a Quilmes. Todavía sin ser titular y conformándose con aquellos minutos de las segundas partes, Ramón Díaz era el máximo goleador del equipo y por ello la gente comenzó a exigirle a Angel Labruna (entrenador de River en aquella época) que lo incluyera como titular por delante de Leopoldo Jacinto Luque.
En los siguientes años, los rojiblancos conseguirían su segundo tricampeonato (el único club argentino en ser tres veces tricampeón). El Metropolitano en 1979 y 1980 y el campeonato Nacional en 1980. Ramón Díaz sería el máximo artillero de su equipo en los dos últimos.
Por sus goles y por la presencia de Diego Armando Maradona (media punta) el técnico de la selección argentina, César Luis Menotti, decidió ubicar a Díaz como centro delantero en un Mundial juvenil Sub-20. Aquella dupla fue la gran culpable de que Argentina se consagrara campeona en Japón 1979, siendo uno de los logros más recordados de la historia del fútbol juvenil y dándole un cierre espectacular a una década brillante en el fútbol argentino.
Ramón fue el goleador de aquel campeonato mundial gracias a sus 8 goles pero también se destacó gracias a sus piques demoledores y exquisitas definiciones. Ya se había consagrado en el mundo del fútbol y tenía tan sólo 20 años.
RAMÓN DÍAZ: UN «RIOJANO» EN EUROPA
En plena ebullición como jugador, Ramón Díaz dio el salto a Europa recalando en las filas del Napoli, allí su estancia seria corta consiguiendo un total de 3 goles en 25 partidos, números a los cuales no estaba acostumbrado. Después de seis años dando vueltas en equipos como Avellino (22 goles en 78 partidos), Fiorentina (17 goles en 53 partidos), Inter de Milán (12 goles en 33 partidos), el Pelado terminará su travesía europea en el Mónaco consiguiendo 40 goles en 60 partidos y volviendo a recuperar su mejor versión.
En 1991 su regreso al club millonario fue fundamental para que River Plate se proclamara campeón del Torneo Apertura. River consiguió una inicial racha de nueve victorias consecutivas en las cuales Díaz marcó 8 tantos. La noche de su vuelta al club, River derrotó a Rosario Central por 2 a 1 como local. Ramón había fallado un penal pero en los últimos cinco minutos del partido, y con River perdiendo por la mínima, el riojano con dos zurdazos le dio la victoria al equipo dirigido, en aquel entonces, por Daniel Passarella.
Díaz no solo consiguió ser el máximo goleador (14 goles) sino también fue la figura de aquel Apertura 91, su último título como jugador del club. En 1993 se iría a jugar a Japón al Yokohama Marinos, equipo en el cual fue campeón y goleador en su primera temporada (52 goles en 62 partidos).